Vista del lago |
En Madrid, el trabajo se distribuyó por distritos y barrios, asignándose a cada colaborador aquellos que mejor le viniesen por proximidad, conocimiento, etc. Se estableció con preferencia un horario para realizar el censo: las horas previas a la puesta del sol, pues es el momento en que la mayoría de las aves están presentes en los nidos y entran y salen de las cámaras con mayor frecuencia.
Para censar la cotorra de Kramer se seguirá un método diferente: consistirá en contar las aves presentes en dormideros previamente localizados. La finalidad de estos censos es estimar la población de las dos especies exóticas e invasoras con vistas a tomar medidas para su control.
Pradolongo es uno de los grandes parques de Madrid, tiene una superficie de 72,47 hectáreas y pertenece al distrito de Usera. Se emplaza entre la Avda. de los Poblados, la Avda. de Rafaela Ibarra y la calle del doctor Tolosa Latour, muy cerca del hospital 12 de octubre. No conocía este espacio verde hasta que empecé a visitarlo para censar la colonia de cotorras argentinas instalada allí. Es un parque de trazado bastante regular, con amplios paseos y un gran lago central. En un extremo del lago se levanta un templete de música, y en un lateral, un pequeño y recoleto jardín botánico.
Las cotorras ocupan una reducida área del parque: dos hileras paralelas de cedros del Himalaya (Cedrus deodora), entre los que se intercala alguna cupresacea, separadas por un espacioso paseo con parterres, acogen la mayoría de sus nidos. Solo dos se hallan en sendos olmos, muy cerca de la colonia.
Autillo (Otus scops) |
Comienzo censando los dos nidos que hay sobre olmos. El primero es un nido con
dos cámaras pero una de ellas parece vieja y no está usada. El otro tiene una
cámara ocupada por una pareja. Hay un tercer nido en otro olmo, es una
estructura pequeña y deteriorada, al parecer, abandonada por las cotorras. Sin
embargo, guarda una pequeña sorpresa. En el interior de la única cámara, junto
a la abertura, inmóvil, con los ojos semientornados que adquieren una apariencia
oblicua, se ve un autillo (Otus scops). Su inmovilidad es tal que parece
una pieza más de la estructura. El cielo se cubre por un instante y una ráfaga
de aire se levanta zarandeando de un lado a otro las ramas del árbol y con
ellas el nido, que, recortado contra el cielo inesperadamente plomizo, parece
una cápsula espacial sometida a incontroladas e imprevisibles fuerzas con su
pequeño tripulante a bordo. Aprovecho la ocasión para hacerle algunas fotos y, tras unos minutos contemplándolo, me dirijo a los nidos de cotorra, que es para lo que he venido. De regreso, volveré a pasar y allí seguirá, en la misa postura, impasible.
Los voluminosos nidos atraen a otras aves. Las
palomas zuritas se ven con frecuencia junto a ellos, y algunas parejas ocupan
cámaras abandonadas a las que aportan material para acondicionarlas. Otra de
las aves que encuentra acomodo para anidar en el denso entramado de ramas, es
el gorrión molinero (Passer montanus). Se los puede ver llevando material
para forrar el nido, como plumón y otros materiales ligeros, introduciéndose,
no solo en las cámaras, también entre el ramaje que constituye la estructura del nido.
Grupo de cotorras en las ramas de un plátano de sombra |
Paloma zurita (Columba oenas) ocupando una cámara |
Al tiempo que hago el censo reparo en las pautas de comportamiento de estas aves. Por ejemplo, llama la atención el grosor y la longitud de las ramas utilizadas en la construcción de los nidos. Es frecuente verlas volar llevando largas ramas sujetas con el pico por uno de sus extremos, la mayoría de las cuales superan con creces la longitud de las propias aves. Al llegar al nido, unas veces, se posan en la parte superior de la estructura y caminan indecisas por ella, buscando el lugar propicio donde colocar la rama; entonces, con habilidad, ayudándose con las patas y el pico, consiguen insertarla en la compleja estructura. Otras, entran con la rama en la cámara y la colocan por dentro. El nido va haciéndose, así, cada año más grande conforme se añaden nuevas cámaras. Los extremos de las ramillas aparecen desmochados, y el vivo color amarillo de las fibras de la madera indica que han sido cortadas hace poco. Las cotorras sujetan la rama con el fuerte pico y lo giran a su alrededor para ir haciendo mella en la madera, debilitar la rama y, a fuerza de doblarla, terminar arrancándola. Si bien, la mayoría de los nidos los construyen sobre cedro, el material que utilizan procede generalmente de otros árboles, como el plátano de sombra (Platanus hybrida), muy frecuente en parques y jardines.
Paloma zurita saliendo de una cámara |
Según avanzo junto a la hilera de árboles, un revuelo y cierta agitación se percibe en las copas de los dos últimos cedros de la fila, junto a una falsa acacia de buen tamaño y cargada de flores. Algo altera a las cotorras que revolotean de un cedro al otro visiblemente nerviosas. Tienen la atención puesta en otra cosa y no en mí como otras veces, cuando al acercarme a los nidos comienzan a gritar desaforadas, incómodas por mi presencia. Esta vez algo parece molestarlas más y, aunque me muevo por debajo de los árboles intentando averiguar de qué se trata, las aves, ajenas a mi presencia, continúan con su algarabía de ásperos gritos, atentas a no sé qué.
Perico multicolor (Platycercus eximius) |
Perico multicolor (Platycercus eximius) |
Nido con dos cotorras asomándose por la entrada a la cámara |
Retomo el trabajo que me ha traído aquí y continúo recorriendo la fila de cedros, deteniéndome en aquellos que tienen nidos, que son casi todos, salvo algún árbol suelto que por su pequeño tamaño no ha merecido la atención de las cotorras. No todas las cámaras están ocupadas, algunas, visiblemente abandonadas, presentan un aspecto sucio con el orificio de entrada deteriorado y su borde cubierto de excrementos. Se distinguen bien de las nuevas, estas más limpias y, en muchos casos, con ramillas dispuestas en espiral alrededor del agujero de entrada, adquiriendo el conjunto una curiosa forma cónica.
Es abril y aún no han comenzado las puestas, las cotorras están en plena faena de acondicionar los nidos. En la colonia la actividad es febril, las aves entran y salen de las cámaras en un bullir incesante. A veces, los dos miembros de la pareja coinciden dentro y asoman las cabezas por el agujero; otras, solo un ave permanece en el interior de la cámara hasta que llega su compañera y entonces sale, o bien permanecen juntas y al cabo de un rato ambas abandonan ruidosamente el nido.
Gorrión molinero (Passer montanus) |
Algunos árboles tienen varios nidos y para no confundirlos se me ocurre numerarlos siguiendo siempre el mismo orden y tomando un punto de referencia: de arriba a abajo y de derecha a izquierda, de modo que empiezo por el de arriba, ese será el número uno y voy descendiendo hasta encontrar el siguiente. Si a ese nivel hay dos o más nidos continuo numerándolos siguiendo el sentido derecha - izquierda. Así anoto la posición relativa de los nidos en el árbol. Es una forma de recordar su posición si tengo que volver a revisarlos otro día.
Los datos obtenidos se disponen en forma de tabla en un fichero para ser tratados informáticamente más adelante.
Cotorra de Kramer (Psittacula krameri) |
Interesante tu artículo. Soy jardinero en Alcorcón y también tenemos nidos de cotorras ocupados por palomas zurita. Y buscando información al respecto encontré tu blog. Muchas gracias por la información. Creo que el pito real también ocupa los nidos de cotorras, pero tendría que asegurarme.
ResponderEliminarSaludos
Alberto
Gracias por tu comentario, Alberto. Sería interesante comprobar si el pito real puede nidificar en los nidos de cotorra, si llegaras a comprobarlo te agradecería la información.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por tu comentario, Alberto. Sería interesante comprobar si el pito real puede nidificar en los nidos de cotorra, si llegaras a comprobarlo te agradecería la información.
ResponderEliminarUn saludo.