jueves, 30 de julio de 2020

UN PASEO POR LOS MONTES TOROZOS

Los intensos procesos de  erosión que actuaron sobre la meseta castellana durante el Plioceno, hace entre 5 y 2 millones de años, originaron un  conjunto de elevaciones que son las únicas formas de relieve que rompen la horizontalidad del noroeste de la provincia de Valladolid: los Montes Torozos. Formas tabulares ('mesas') y cerros testigos de forma cónica de no más de 800-900 m.s.n.m., conocidos como tesos, entre los que fluyen algunos ríos,  se extienden hacia el suroeste hasta casi rozar la provincia de Zamora.
Curruca rabilarga (Sylvia undata). Especie sedentaria
que se distribuye por toda la Península.

Hace unos días, andaba yo por el páramo de uno de ellos, el Alto del Mayo, y me sorprendió ver un precioso macho de curruca rabilarga (Sylvia undata) moviéndose nervioso entre las ramas bajas de un pequeño pino. Agitado, continuamente lanzaba al aire un reclamo de alarma;  mientras, iba y venía de un lado a otro sin quedarse quieto más de unos segundos en ningún sitio. Tanta zozobra me hizo pensar que posiblemente estuviera cerca del nido, quizá con pollos, porque en una ocasión lo vi con un insecto en el pico. Así que enseguida lo dejé tranquilo. 
Las partes inferiores son de un llamativo color rojo
teja. Esta curruca tiene el hábito de levantar la cola




Pero esto ocurría al final de la mañana.  Antes había recorrido el teso (por cierto, 'lugar de interés' en la plataforma ornitológica eBird, aunque no muy visitado) accediendo a él por las cuestas que dan al norte, y llevaba ya un buen número de avistamientos: cuatro alcaudones reales (Lanius meridionalis), tres juveniles de alcaudón común (Lanius senator), algún cernícalo primilla (Falco naumanni), un busardo ratonero (Buteo buteo), una culebrera europea (Circaetus gallicus), un nutrido grupo de gorriones chillones (Petronia petronia) con sus polluelos, un críalo (Clamator glandarius, algunos cucos (Cuculus canorus), cogujadas montesinas (Galerida theklae), calandrias (Calandrella brachydactyla), un par de zarceros políglotas (Hippolais polyglotta), pardillos (Linaria cannabina), escribanos trigueros (Emberiza calandra)...y tres codornices (Coturnix coturnix).
Juvenil de alcaudón común (Lanius senator)

Recordad que este año la codorniz ha sido elegida Ave del año 2020, en razón del declive acelerado que sufren sus poblaciones en las últimas décadas en la Península Ibérica. Su canto me hizo recordar, en estos mismos lugares, tiempos pasados y más felices para esta especie. En fin, una agradable mañana de julio.

viernes, 1 de mayo de 2020

LECTURA DE ANILLAS: FIN DE CAMPAÑA 2019-2020

Como hicimos el pasado año, durante este invierno (de octubre a marzo) hemos realizado el seguimiento de gaviotas con anillas de lectura a distancia presentes en el tramo de Madrid Río comprendido entre el puente de Andalucía y la zona donde se ubicaba el estadio Vicente Calderón. 

Febrero transcurrió con menos lecturas de anillas que enero, tan solo 16 sombrías y una reidora. Durante este mes se emplearon 20 horas de observación, pocas en relación a los meses anteriores, debido en parte al notable descenso del número de gaviotas en el río.

Marzo fue un mes complicado por la pandemia de COVID-19. Se invirtieron solo seis jornadas y el mes pasó prácticamente en blanco en cuanto  a resultados: seis gaviotas sombrías y ninguna reidora. Dimos por acabada la campaña a mediados de mes con 180 anillas registradas entre octubre y marzo, y un total de 402 lecturas; se anotaron 154 sombrías (Larus fuscus), 23 reidoras (Chroicocephalus ridibundus), una cabecinegra (Ichthyaetus melanocephalus) y una patiamarilla (Larus michaellis).

Desglosadas por países, casi el 40% de las sombrías proceden de los Países Bajos, con 58 anillas, seguidos de Alemania, 24; Reino Unido, 22; Noruega, 14; Dinamarca, 10; Francia, 9; Bélgica, 8; España, 8; Islandia, 1 e Irlanda, 1.

La mayoría de las reidoras son polacas, 11, y el resto se reparten así: belgas, 4; holandesas, 4; lituanas, 1; croatas, 1; francesas, 1 y españolas, 1. Hay que añadir, además, una cabecinegra de la República Checa y una patiamarilla anillada en Guipúzcoa.

Las gaviotas sombrías anilladas, cuya edad hemos podido conocer, comprenden todas las clases de edad: desde aves de primer año calendario hasta ejemplares de 17 y 19 años; además, una de 28 años de la que hablaremos más adelante.

Las reidoras también abarcan un amplio abanico de edades, la mayoría entre 2 y 5 años, pero también las hay de 8, 10, 12 y hasta de 13 años.

Los historiales de algunas de estas gaviotas hablan de lejanos orígenes, largos viajes, misteriosas ausencias y situaciones comprometidas que lograron superar. Examinándolos se deducen cosas curiosas, sobre todo de aquellos que recogen un mayor número de registros. De las 205 sombrías observadas en los dos últimos inviernos, vamos a comentar algunos de los que nos han llamado más la atención.
La holandesa VS

Dos sombrías, la danesa V.51C y la holandesa VS, esta última un ave de 12 años, se han visto en Madríd Río en los tres últimos inviernos; también la noruega J972Z, la alemana HAR45 y la holandesa 24 se han registrado regularmente en ese periodo. El resto de las anillas las hemos visto exclusivamente este invierno.  

La sombría T1, nacida y anillada en 1992 en el condado de Suffolk, en el sureste del Reino Unido. Es una hembra de 28 años con un histórico de observaciones muy irregular, pues no hay registros de esta gaviota hasta el año 2000, cuando se cita en los P. Bajos, es decir, ocho años después de ser anillada; su segundo registro, también en los Países bajos, es de 2001. Luego transcurrirán nueve años sin saber de ella hasta que en mayo de 2010 se la localiza en una zona portuaria de Rotterdam. Desde entonces, las escasas observaciones se reparten entre los Países Bajos, la Comunidad de Madrid y el Reino Unido, en este país con un solo avistamiento. No hay referencia alguna de ella en los años 2013, 2017 y 2019; el 31.01.2020 reaparece en Madrid Río. Su historial es corto, muy corto para un ave de 28 años, recoge solo 20 registros y grandes vacíos de información que añaden cierto misterio a la vida de esta veterana.

Gaviota británica T1. Ave de 28 años
La península de Reykjanes (Islandia), cerca de la capital, Reikiavik, es una zona de marcada actividad volcánica donde entran en contacto las placas tectónicas euroasiática y norteamericana, definiendo lo que podríamos considerar el límite geológico entre dos continentes. En esta costa enfrentada a la de Groenlandia se anilló en 2012 a YE69, cuando contaba con algo más de tres años de edad.
Gaviota islandesa YE69

Aparte de su remoto origen, YE69 es una enigmática gaviota de más de 11 años de la que no se tuvo noticia durante los seis años siguientes a su anillamiento en 2012. Pasado ese tiempo se la ve dos veces en su región natal, una en 2018 y otra en 2019. En ese año, 2019, se recogen cuatro observaciones en España, todas en Madrid: una en septiembre, en el vertedero de Colmenar Viejo, y tres en noviembre, en Madrid Río. Es la única gaviota islandesa que hemos visto en el Manzanares durante este invierno.
J092K, la vikinga de la isla de Loppa

J092K es la que viene de más lejos de todas nuestras visitantes. Equipada con un dispositivo GPS en la tibia derecha, procede de la pequeña y remota isla de Loppa (Noruega), al norte del paralelo 70°, ya en el Ártico, y a 3629 km. de Madrid. Fue anillada en 2014 y como mínimo tiene 10 años de edad. La hemos visto en dos ocasiones en Madrid Río, en octubre y enero.

J590. Le gusta la Costa del Sol
J590 es un macho de al menos nueve años anillado en Noruega en 2016. Asiduo a pasar los inviernos en la Costa del Sol, el pasado invierno es el primero que se registra en Madrid; hasta ahora todas las observaciones invernales, más de 30, fueron en la provincia de Málaga, alternándose entre el puerto de la Caleta de Vélez, el de Málaga, la playa de Benajarafe, Torre del Mar, Torremolinos, etc.

H.BAJ. Pasó su primer invierno en la ciudad del Califato
H.BAJ es belga; nacida y anillada en 2014 pasó su primer invierno en el río Guadalquivir, cerca de Córdoba; en los inviernos siguientes la mayoría de sus avistamientos ocurren en Madrid y se reparten entre Colmenar Viejo y Madrid Río, con solo dos registros fuera de esta Comunidad: uno en el puerto de la Caleta de Vélez (Málaga), en enero de 2018, y el otro en Ondárroa (Bizkaia), en marzo de 2019.

Ocho sombrías se anillaron en España, todas en Málaga, por el grupo de anillamiento Luscinia; algunas, como se lee en sus historiales, pasaron momentos apurados que consiguieron superar.

N:3JN. Superó la intoxicación
N:3JN  ingresa intoxicada en una protectora de Málaga donde se la anilla en noviembre de 2017.  Tras un mes de recuperación se libera en el el Puerto de la Caleta de Vélez. La mayoría de las observaciones invernales de esta gaviota se realizan en la provincia de Málaga y algunas en Madrid Río y Colmenar Viejo.

N:45X. Recuperada de su parálisis
A N:45X la recogen en marzo de 2019 en la playa de Pedragalejo, al este de la ciudad de Málaga. El ave padece una parálisis que le impide volar y la trasladan al centro veterinario Baños del Carmen de Fuengirola. Durante la recuperación es anillada y finalmente liberada en abril en Torreblanca. El  11 de diciembre la vimos en Madrid Río totalmente recuperada.

N:3VM. Un pasado escabroso le dejó huella
N:3VM es una sombría adulta anillada en marzo de 2019 en el vertedero de residuos sólidos urbanos de "Los Ruices", en la periferia de la ciudad de Málaga. Lo peculiar de esta gaviota es que tiene el tarso izquierdo amputado en la misma articulación con la tibia en el momento de ser anillada. Su historial recoge un solo registro, el pasado mes de enero en Madrid Río.

La pérdida o fractura de una pata es una lesión bastante frecuente en las gaviotas, y  no es raro ver ejemplares con estas amputaciones o miembros que, sin estar amputados, han perdido su funcionalidad. El pasado invierno frecuentó Madrid Río un primer invierno de sombría con los dos pies amputados, el ave se sostenía sobre los muñones de los tarsos y ofrecía una imagen ciertamente patética. El mismo invierno era habitual otra sombría, en su primer año de vida, que llevaba permanentemente una pata recogida con los dedos agarrotados y vueltos hacia atrás,  a la que llamé "Garfio", pues al volar la pata tenía el aspecto de un gancho que le saliera del abdomen. Este invierno he visto una sombría con plumaje de segundo invierno con esta misma lesión que podría tratarse del mismo ejemplar.


U+C. Anillada en Cardiff, Gales
U+C , galesa de más de seis años observada en distintas ocasiones entre noviembre y febrero en Madrid Río. La distribución de sus registros a lo largo de esos meses invita a pensar que ha pasado gran parte del invierno en Madrid. El último contacto con ella fue el 10.02.2020, lo que resultó ser una magnífica referencia temporal y espacial de su migración prenupcial, porque solo nueve días después, el 19 de febrero, se la vio y fotografió desde la ventana de una vivienda en Cardiff (com. pers. de P. Rock). No sabemos el día que partió de Madrid ni el de su llegada a Cardiff, pero suponiendo que hubiese emprendido viaje el mismo día 10 y llegado a Cardiff el 19, tras seguir una hipotética línea recta que cruzase el golfo de Vizcaya hasta la capital galesa, lo que seguramente no fue así, habría realizado una media de 137 km al día.
6A5:G Patiamarilla donostiarra

La única gaviota patiamarilla que hemos visto anillada es 6A5:G; Nació en 2012 en la Isla de Santa Clara, en la bahía de San Sebastián (Guipuzkoa), donde fue anillada cuando era un pollo por la estación de anillamiento de Txingudi (Sociedad de Ciencias Aranzadi). Su historial consta de 137 observaciones, y todas las ocurridas en invierno se localizan en el centro peninsular, la mayoría en la Comunidad de Madrid (Pinto, Colmenar Viejo y Madrid Río), y alguna en Alcazar de San Juan (Ciudad Real).

Termino esta entrada con algunas notas entresacadas de un estudio publicado en 2012 (*), en el que se marcaron con anillas de lectura a distancia y equiparon con emisores satélites 14 gaviotas sombrías adultas en una colonia holandesa. El objetivo era estudiar las rutas migratorias, el comportamiento seguido por las aves durante la migración y la invernada (escalas y tiempo de parada, movimientos en el área de invernada, etc.)   y diferentes parámetros como la altitud de vuelo y velocidad de desplazamiento, 

Las gaviotas sombrías no siguen rutas migratorias tan rígidas o definidas como otras aves (cigüeñas, rapaces planeadoras, ánsares, etc.); además, realizan movimientos premigratorios, tanto en la migración otoñal como primaveral, que las desvían de la ruta principal y retoman  días o semanas más tarde, cuya finalidad puede ser prospectar nuevos territorios. Estas aves vuelan sobre tierra o mar indistintamente, a diferencia de otras aves que prefieren evitar las masas de agua (rapaces, cigüeñas, etc). La altitud de vuelo no supera normalmente los 250 m.; en el estudio al que hacemos referencia se midió ocasionalmente una altura máxima de 1744 m. Migran preferentemente durante el día, pero también durante la noche, pudiendo cubrir distancias de hasta 177 km/día. Sin embargo, esto no es lo habitual; las sombrías en su viaje migratorio hacen escalas de duración variable en función de la disponibilidad de alimento, y la velocidad media de desplazamiento es sensiblemente menor. En el estudio se registró una media de 44 km/día en la migración otoñal y 98 km/día en  la primaveral, que son velocidades bastante inferiores a las de otras aves migradoras.  Las gaviotas estudiadas no siguieron las rutas más cortas durante su viaje migratorio y, en cambio, se desviaron siguiendo el perfil de la costa. Las aves que ocupan las mismas colonias de cría no comparten necesariamente el área de invernada, y dentro de esta  pueden realizar desplazamientos de mayor o menor alcance durante el invierno.


(*) Raymond, H. G et al. (2011). Migration strategy of a flight generalist, the Lesser Black-backed Gull Larus fuscus. Behavioral Ecology, Volume 23, Issue 1, January-February 2012, Pages 58–68.

jueves, 19 de marzo de 2020

GAVIOTA DE BONAPARTE EN MADRID

Gaviota de Bonaparte (Chroicocepalus philadelfia)

El 29 de febrero por la mañana, un observador comunica la presencia de una gaviota de aspecto algo diferente al de las reidoras con las que se encuentra en el estanque del parque de Las Cruces, un parque urbano entre los distritos madrileños de Carabanchel y Latina.  La foto de la gaviota se difunde por  las redes y enseguida se confirma la identidad del ave: una gaviota de Bonaparte (Chroicocephalus philadelphia) con plumaje de primer invierno. Se trata de una especie norteaméricana divagante en Europa y con solo tres citas, incluida esta, en la Comunidad de Madrid. Algunos aficionados acuden esa misma tarde al parque de las Cruces para observar y fotografiar el ejemplar.
En primer plano, la Bonaparte, detrás una reidora
El día siguiente amanece gris y desapacible,  con algo de viento que riza la superficie del agua. En ella, algunos ánades azulones (Anas platyrhynchos) y un zampullín común (Tachybaptus ruficollis), y en la orilla, varios observadores que esperan desde hace un rato la llegada al pequeño estanque de las gaviotas reidoras, confiando en que con ellas venga la de Bonaparte. No tarda en aparecer; poco después de las 9 un pequeño grupo de reidoras se posa en el agua, y entre ellas la gaviota americana. Entonces, entre ráfagas de disparos de cámaras, podemos contemplarla a placer, pues nada a poca distancia y se acerca atraída por el pan que le arrojan desde la orilla.
Parte inferior del ala más blanca

Se parece mucho a una gaviota reidora de su misma edad, pero presenta  algunos rasgos característicos: pico negro y pequeño, dorso de un gris más oscuro que se extiende por los laterales del pecho, patas cortas y rosáceas y parte inferior del ala más blanca que la reidora. Algo más pequeña que esta, adopta una postura más "aplastada" cuando descansa en el agua, y viéndola junto a las reidoras se aprecia su menor tamaño. Así que, una vez familiarizados con estos detalles, no resulta dificil distinguirla entre las demás gaviotas.
Un rasgo característico: las patas rosadas
Esta especie cría en Alaska y Canada, y curiosamente anida en árboles, principalmente abetos y alerces. En invierno emigra hacia las costas atlántica y del Pacífico, alcanzando el Golfo de Méjico.

¿Cuánto tiempo nos honrará con su presencia? Quién sabe, un día o varios, los que necesite para preparar su largo viaje de vuelta.




miércoles, 5 de febrero de 2020

LECTURA DE ANILLAS: BALANCE DEL MES DE ENERO

Cerramos el mes de enero con 30 nuevas lecturas de anillas en Madrid Río: 27 de gaviotas sombrías (Larus fuscus) y 3 de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus).  Para ello se emplearon 35 horas distribuidas en 19 días y se realizaron un total de 113 lecturas.

Gaviota argéntea en la zona del Matadero
El resultado es bastante parecido al del mes de diciembre en el que se leyeron 28 anillas de sombrías, aunque en este caso el esfuerzo fue mayor, pues se dedicaron 33 horas durante 13 días.

Sin embargo, ambas cifras quedan muy lejos de las 63 anillas de noviembre (47,5 horas a lo largo de 19 días).

En cuanto a las reidoras, en enero solo se leyeron 3 anillas nuevas y en diciembre cinco. También en diciembre se vio la única cabecinegra (Larus melanocephalus) anillada hasta la fecha.

Detalle de la cabeza
Aunque hemos centrado la atención en la lectura de anillas, no hemos descuidado la oportunidad de ver alguna gaviota de presencia menos habitual en Madrid Río. Así, además de las gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus) de las que ya hablé en una entrada anterior, este mes de enero hemos disfrutado de algúnos ejemplares de gaviota argéntea (Larus argentatus), una especie citada todos los inviernos en Madrid y de la que hemos visto dos ejemplares probablemente en su cuarto invierno, es decir, prácticamente adultas.

Arreglándose el plumaje
Una de estas argénteas frecuentaba la zona del hoy demolido estadio Vicente Calderón, la otra la hemos observado en varias ocasiones frente al Matadero. Dos bonitas gaviotas de color gris claro con la parte inferior blanca, que destacaban, tanto en tierra como en vuelo, entre las  sombrías a las que acompañaban.

sábado, 25 de enero de 2020

GAVIOTAS CABECINEGRAS EN MADRID RÍO

Este invierno llevo vistos cuatro ejemplares distintos de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus) en Madrid Río.

Esta especie no es habitual en el Manzanares, como es el caso de las numerosas gaviotas sombrías (Larus fuscus) y reidoras (Chroicocephalus ridibundus), pero siempre se ven algunos ejemplares durante el invierno. Descubrirla entre los cientos de gaviotas que se mueven por este tramo urbano del río es, a veces, una ardua tarea, y siempre una agradable sorpresa.
Gaviota cabecinegra en plumaje de primer invierno (menos de un año de edad). Este individuo lleva una anilla de la República Checa




El 23 de diciembre, cerca del puente de Andalucía, una cabecinegra con plumaje de primer invierno (indicativo de que nació el año pasado), anillada el 5 de junio en la república Checa, se acicalaba el plumaje posada en una isleta arenosa. Tres días más tarde, el 26, otro ejemplar, también un  primer invierno, nadaba entre las ruidosas reidoras  en una zona cercana a donde había observado el ejemplar anillado.
Ejemplar en plumaje de segundo invierno. Es característico de esta edad el barrado oscuro en el extremo de las primarias

Reidora y cabecinegra tienen un plumaje muy parecido durante su primer invierno. Para distinguirlas hay que fijarse en detalles como la estructura y forma del pico, diseño de la máscara facial y color de las patas.
Esta y la siguiente foto corresponden a una cabecinegra adulta en plumaje invernal (dos o más años de edad)

El 27 de diciembre, un individuo de segundo invierno destacaba de las reidoras entre las que se encontraba por sus primarias externas con conspicuas manchas negras.  Este detalle, unido a los otros mencionados, puede servir para distinguirla de las reidoras adultas en esta estación del año.
El mismo individuo de la foto anterior

Ya en enero, el día 12, un amigo me mostró un bonito ejemplar adulto de esta especie, también en la zona del Matadero. Las plumas del ala completamente blancas no dejaban lugar a dudas a la hora de identificarla entre las siempre numerosas reidoras.
Detalle de la cabeza del ejemplar de segundo invierno

La región del Mar Negro acoge la mayor población reproductora de esta gaviota. En 1940 comenzó a extenderse hacia el oeste del continente europeo, y en la actualidad la gaviota cabecinegra se reproduce en colonias, de un número muy variable de parejas, en muchos paises del centro y sur de Europa. En España, las parejas reproductoras son pocas y ocupan determinados enclaves (delta del Ebro, lagunas manchegas, Albufera de Valencia, etc.).

En la Península, inverna principalmente en la costa mediterránea y en menor medida en el Cantábrico. Su aparición en zonas del interior es más ocasional.

sábado, 11 de enero de 2020

SEGUIMIENTO DE GAVIOTAS ANILLADAS

Desde el 9 de octubre hacemos un seguimiento de las gaviotas con anillas de lectura a distancia observadas en un tramo urbano del río Manzanares.
Río Manzanares junto al Matadero
En concreto, la parte de Madrid Río comprendida entre el puente de Andalucía y la zona donde se ubicaba el estadio Vicente Calderón --algo más de 2 km--, aunque la mayoría de las observaciones se concentran frente al Matadero.

Hasta el 30 de diciembre se han empleado 50 días, 103 horas de observación y realizado 193 lecturas de 124 anillas. De estas, 103 corresponden a gaviotas sombrías (Larus fuscus),  19 a gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), una a gaviota patiamarilla (Larus michaellis) y una a gaviota cabecinegra (Ichthyaetus melanocephalus).

Las sombrías anilladas proceden de los Países bajos (40), Reino Unido (18), Alemania (14), Noruega (7), Dinamarca (6), Francia (6), Bélgica (5), España (5), Islandia (1) e Irlanda (1).
 Cabecinegra anillada en Rep. Checa

La única gaviota cabecinegra que hemos visto con anilla proviene de la República Checa, donde fue anillada como pollo el pasado mes de junio. Lleva una anilla roja con el código ZAL5.

La mayoría de las gaviotas reidoras se anillaron en Polonia (8), el resto  viene de Bélgica (3), P. Bajos (3), Lituania (1), Alemania (1),  Croacia (1), Francia (1) y España (1).

Pocas son las gaviotas anilladas en España, solo cuatro sombrías, una patiamarilla y una reidora. Las sombrías se anillaron en la provincia de Málaga, dos de ellas en centros de recuperación tras haberlas encontrado  heridas o con problemas físicos.
Patiamarilla anillada en San Sebastián
La patiamarilla se anilló como pollo el 21.06.2012 en la isla de Santa Clara, en la bahía de S. Sebastián (Guipuzcoa), y lleva una anilla roja con el código 6A5.G; desde entonces, su presencia es habitual durante el invierno en Madrid . La reidora  porta una anilla azul con la inscripción NE40 y fue anillada el pasado enero en Barcelona.
Gaviota reidora anillada en Barcelona

La gaviota de origen más remoto controlada en el Manzanares es una sombría anillada en 2014 en la isla de Lotta (Noruega), en el Ártico, a 3629 km de Madrid. Lleva, además de la anilla de pvc negro con la inscripción  J092K,  un geolocalizador en la tibia derecha.
Gaviota de Lotta con geolocalizador

Otra audaz viajera, una sombría islandesa anillada en 2012 cerca de Reikiavik, porta una anilla azul con la
La gaviota islandesa YE69
inscripción YE69; la hemos observado en tres ocasiones en el río. Para llegar hasta aquí, si hubiese volado en línea recta, habría recorrido la nada desdeñable distancia de 2890 km.

La gaviota que más veces hemos visto es una noruega con la anilla negra J973C. En el último trimestre del año la hemos observado en 15 ocasiones. Durante el pasado invierno también fue una de las que más lecturas acumuló.
Gaviota noruega J973C