martes, 24 de septiembre de 2019

VISITA A LAS SALINAS DE SANTA POLA Y PARQUE NATURAL DE EL HONDO

SALINAS DE SANTA POLA

Los días 7 y 8 de septiembre visitamos las salinas de Santa Pola y el Parque Natural del Hondo (Alicante). El Parque Natural de las Salinas de Santa Pola tiene una extensión de 2470 hectáreas y está adherido al convenio Ramsar como humedal de importancia internacional; también es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Pantalla de observación
El día 7 salimos de Santa Pola por la carretera N-332 hacia el sur,  al llegar al desvío a La Marina lo tomamos y continuamos hasta una rotonda en la que giraremos a la izquierda en dirección Playa del Pinet. Esta carretera llega directamente a la playa pero un poco antes encontramos un aparcamiento junto a las salinas, desde aquí iniciamos muestro recorrido.

Una alambrada forrada de cañas a modo de pantalla permite al observador pasar más desapercibido. Junto a ella, un camino de tablas conduce a los dos observatorios que visitaremos y discurre por un pinar hasta la playa.
Salinas

Desde el primer observatorio vemos canasteras (Glareola pratincola), que además se posan en el mismo aparcamiento, avocetas (Recurvirostra avosetta), gaviotas picofinas (Larus genei), agujas colinegras (Limosa limosa) y flamencos comunes (Phoenicopterus roseus). Continuamos por el camino entablado y llegamos a un segundo observatorio desde el que se ve una buena concentración de charranes comunes (Sterna hirundo) posados en una zona de cantos y arena. Entre ellos se distinguen  fumareles comunes (Chlidonias niger), canasteras y algún limícolo; también hay flamencos, algunos anillados con anillas de lectura a distancia. Si continuamos por el camino atravesamos el pinar y un cordón dunar, llegando finalmente a la playa del Pinet..





EL HONDO

Flamenco común

El día 8 nos acercamos al Parque Natural de El Hondo, una zona húmeda en los términos municipales de Elche y Crevillent. El Hondo forma parte del convenio Ramsar para la protección de zonas húmedas y, al igual que las Salinas de Santa Pola, está declarado zona ZEPA. La visita, rápida por falta de tiempo, se prolongó hasta bien pasado el mediodía. Accedimos a este paraje desde la localidad de Santa Pola por la carretera N-332, cogiendo el desvío La Marina/Elche y la carretera CV-853.
Desde el punto de incorporación a esta carretera hasta un desvío a la izquierda que habremos de coger hay 2,3 km. aproximadamente. Iremos atentos pues la única indicación previa relacionada con este desvío es una señal de limitación de velocidad a 60 km/h junto con la de intersección a la izquierda.
Giramos a la izquierda y tomamos un camino rural asfaltado (Camí de San Fulgencio), tras recorrer 3 km. salimos a la carretera CV-855. En el cruce giramos a la derecha y recorremos 300 m. hasta una vieja edificación en cuya fachada se lee: "Sdad. Nuevos Riegos El Progreso Elevación Sivaes".
Vista general desde el observatorio "Limícolas"
Aquí, junto a una desvencijada verja, se puede dejar el coche. Cruzamos la carretera y cogemos el camino que que bordea El Hondo por el sur, todo el rato tendremos a nuestra izquierda un canal, el azarbe de Dalt (o Assarb de Dalt). El recorrido que seguiremos es una larga recta de 2,5 km. en el que encontraremos cuatro observatorios a los que se accede por unos senderos que atraviesan el cinturón de carrizal que bordea la Tolla Sud de Llevant (Charca Sur de Levante).
Chorlito gris desde el observatorio "Limícolas¨"

El primer observatorio, llamado Limícolas, lo encontramos después de andar los primeros 650 m. Se extiende ante nosotros una extensa llanura de arena y limo prácticamente seca, debido, supongo, a la falta de lluvías. Aún así, en el centro se ve un buen número de chorlitejos chicos (Charadruis dubius), algunos chorlitejos patinegros (Charadrius alexandrinus) y entre todos ellos, destacando por su tamaño, un chorlito gris (Pluvialis squatarola) mostrando todavía el plumaje nupcial.
Acceso al observatorio Puente del Niño

Más al fondo algún tarro blanco (Tadorna tadorna) y unos treinta correlimos comunes (Calidris alpina) todos con la mancha oscura que se extiende por el pecho y vientre; también se ven algunas cigüeñuelas (Himantopus himantopus).
450 m. más adelante llegamos al segundo observatorio, el del Puente del Niño, desde él se abarca la continuación de la llanura de limo que dejamos atrás. Desde aquí se ve poca cosa, a lo lejos algunos flamencos en una zona que aún conserva agua. Estos observatorios deben de resultar propicios para observar limícolas en la época y condiciones apropiadas.


Garceta común (Egretta garzetta)
Reanudamos la marcha y después de recorrer 700 m. encontramos el tercer observatorio bautizado como La Reserva. Se llega a él por una pasarela de madera que se abre paso entre el carrizo y atraviesa una zona con agua. Desde el observatorio se domina una amplia
extensión de humedal,  estamos en El Fondo-Charca Sur. Durante todo el itinerario nos han salido al paso garcillas cangrejeras (Ardeola ralloides) que posadas en el azarbe o en los canales que se abren entre el carrizo levantaban el vuelo a nuestro paso.


Garcilla cangrejera
(Ardeola ralloides)
Desde el observatorio vemos una cangrejera posada que poco después echa a andar cadenciosa entre el carrizo en busca de alguna presa; un martín pescador (Alcedo atthis) examina la superficie del agua atento a cualquier pez que se ponga a su alcance; más cerca, unos flamencos (Phoenicopterus roseus) sumergen picos y cabezas para filtrar el agua en busca de comida. A lo lejos descansa un grupo de agujas colinegras (Limosa limosa); muy cerca del observatorio, una  garceta común (Egretta garzetta) se acicala junto a una garcilla cangrejera que hace lo propio, y un joven charrán común (Sterna hirundo) reclama la atención de sus padres. En este observatorio echamos un buen rato pues la presencia de agua suponía mayor número de aves, de hecho, tanto este observatorio como el siguiente fueron los únicos en los que encontramos observadores y fotógrafos.

Salimos del observatorio y recorremos los 500 m. que restan para llegar al último, conocido como observatorio La Anguila. En este vemos fumareles cariblancos (Chlidonias hybrida) realizando acrobáticos vuelos muy cerca del observatorio, garza real (Ardea cinerea), garceta común (Egretta garzetta), somormujo lavanco (Podiceps cristatus) y zampullín común (Tachybaptus ruficollis).

Otra forma de realizar este recorrido es a la inversa, empezando por el observatorio de La Anguila. Para ello, al llegar al cruce con la carretera CV-855 como se dijo anteriormente, en lugar de girar a la derecha seguimos de frente por la CV-861, que en realidad es un camino rural asfaltado; después de recorrer 2,4 km. veremos a la izquierda una verja que cierra el paso a un camino que, en su inicio, está flanqueado por unos eucaliptos, aquí hay espacio suficiente para dejar el coche. Enfrente, cruzando la calzada, encontramos un paso sobre el azarbe por donde podemos cruzar al otro lado, y unos metros a la derecha veremos la entrada al observatorio.

Entrada al observatorio Volcan
Para llegar hasta el centro de interpretación  del parque hay varias opciones, nosotros partimos del punto dónde habíamos estacionado el vehículo, junto al edificio de riegos, y nos dirigimos por la carretera CV-855 hacia el norte hasta el cruce con la CV-851; en esta rotonda giramos a la izquierda y continuamos durante 1,6 km. tras los cuales tomamos un desvío a la izquierda con la indicación: Parque Natural El Hondo. Seguimos la señal y tras recorrer 9,5 km. cruzamos el azarbe de la Rambla y, nada más hacerlo (a la vista tenemos ya la localidad de S. Felipe Neri), giramos a la izquierda y continuamos por un camino sin asfaltar y algo bacheado que discurre paralelo al azarbe y lo deja a nuestra izquierda. Al comienzo de este camino hay una indicación que nos informa de que quedan 800 m. para llegar al centro de interpretación.
Pasarela

Nuestra visita a los alrededores del centro es rápida, son las 14:00 horas y no podemos permanecer mucho tiempo. Desde el aparcamiento del Centro de Interpretación nos dirigimos al observatorio Volcan y allí vemos flamencos (Phoenicopterus roseus), fochas (Fulica atra) y, lo más interesante, una cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) que cruza nadando delante de nosotros y enseguida perdemos de vista  tras la vegetación de la orilla. Salimos del observatorio y tomamos la pasarela de madera que lleva de nuevo al centro de interpretación pasando por el mirador El Codo. Aquí, la última sorpresa del día, una focha moruna (Fulica cristata) nada en una zona con vegetación acuática a bastante distancia de un grupo de fochas comunes.

En resumen, es este un lugar que merece la pena visitar con calma y en diferentes épocas del año para abarcar la mayor variedad de especies posible. Terminamos así la visita relámpago al parque deseando repetir en otra ocasión y con más tiempo.




jueves, 19 de septiembre de 2019

APUNTES SOBRE EL CORRELIMOS CANELO


El 17.09.2019 se localizó un correlimos canelo (Calidris subruficollis) en unos prados ganaderos encharcados cerca de Ciempozuelos (Madrid). Lógicamente la noticia corrió como la pólvora y por allí que fuimos desfilando unos cuantos (creo que bastantes) para verlo.
Correlimos canelo (C. subruficollis)

El correlimos canelo es una limícola divagante procedente de norteamérica y nordeste de Siberia, se reproduce en la tundra e inverna en sudamérica.  Esta especie es poligínica, los machos se emparejan con varias hembras y utilizan "leks" para exhibirse ante ellas.

Su aparición en Europa no es, sin embargo, tan rara como pudiera parecer y hay numerosas citas en el Reino Unido y a lo largo de la costa atlántica europea.  En la Península Ibérica las observaciones se reparten  por diferentes puntos de su geografía.
Correlimos canelo

Esta especie, cuyo nombre científico hasta hace poco era Tringytes subruficollis, es una de las que cambió el nombre genérico, Tringytes, por el de Calidris, según la nueva taxonomía adoptada por la Sociedad Española de Ornitología, denominándose ahora Calidris subruficollis.

Pese a su área de distribución circumpolar, el correlimos canelo figura en la Lista de las Aves de España en la categoría A para la Península Ibérica, Baleares y Canarias, es decir, "especies que han sido registradas en estado aparentemente natural al menos una vez a partir del 1 de enero de1950" (Rouco et al. 2019), y según los criterios utilizados en esta lista dejó de considerarse rareza desde el 1 de enero de 2016 por su presencia regular en nuestro territorio (Gil-Velasco et al., 2017).
El canelo junto a un chorlitejo chico

Se consideran rarezas para España peninsular y Baleares "los taxones con categorías A, B y D cuya media anual de individuos presentes en los últimos 10 años sea menor de 6, o bien los que teniendo una media mayor de 6 , su mediana sea menor de 5" (Gil-Velasco et al., 2017). El correlimos canelo no cumple actualmente estos criterios y sus observaciones no están sometidas al Comite de Rarezas (CR).

Bibliografía consultada:

Gil- Velasco, M., Rouco, M., Ferrer, J., García-Tarrasón, M., García-Vargas, F. J., Gutiérrez, A., Hevia, R., López, F., López-Velasco, D., Ollé, A., Rodríguez, G., Sagardía, J. (2017). Observaciones de aves raras en España, 2014. Ardeola 64(1), 161-235.

Rouco, M., Copete, J. L., De Juana, E., Gil-Velasco, M., Lorenzo, J. A., Martín, M., Milá, B., Molina, B. & Santos, D. M. 2019. Lista de las aves de España. Edición de 2019. SEO/BirdLife. Madrid.

Van Gils, J., Wiersma, P. & Kirwan, G.M. (2019). Buff-breasted Sandpiper (Calidris subruficollis). In: del Hoyo, J., Elliott, A., Sargatal, J., Christie, D.A. & de Juana, E. (eds.). Handbook of the Birds of the World Alive. Lynx Edicions, Barcelona. (retrieved from https://www.hbw.com/node/53942 on 20 September 2019).

martes, 3 de septiembre de 2019

CLASIFICACIÓN DE LAS AVES. ORDEN PASSERIFORMES


CLASE AVES

Archaeopteryx es el ave más primitiva de la que se tiene constancia. Este fósil data del Jurásico superior, hace 140 ma. Entre Archaeopteryx y las aves modernas hay un registro fósil que permite seguir la evolución de las aves desde sus formas más primitivas, incipientes voladoras como iberomesornis (115 ma.), a las aves modernas.

Iberomesornis romerali. Modificado de Historia Natural n°4 (2004)
Esta trayectoria evolutiva se caracteriza por la aparición de caracteres que culminarán en las aves actuales:   fúrcula adaptada al vuelo, independencia muscular entre la cola y las extremidades inferiores (la cola ya no interviene en el desplazamiento terrestre, al contrario que en los dinosaurios terópodos como el velocirraptor) y aparición del álula, presente por primera vez en fósiles como Eoalulavis Evoenantiornis, del Cretácico inferior, consistente en  un conjunto de tres o cuatro plumas que se insertan en el primer dedo de la mano y desempeña un papel fundamental en la maniobrabilidad durante el vuelo (Sanz y Ortega 2004). Todo ello cristalizó en aves voladoras, antepasadas de las que hoy conocemos, hace 100 ma.

Recientes estudios apuntan a que el ancestro de todas las aves modernas apareció en el oeste del supercontinente Gondwana hace 95 ma., Pero las aves no comenzaron a diversificarse hasta el Cretácico y, sobre todo, a partir de la transición Cretácico-Paleogeno hace 66 ma., al comienzo del Terciario, y es durante el Paleoceno (65-55 ma) cuando aparecen la mayoría de los órdenes de aves actuales excepto Anseriformes y Galliformes, grupos más antiguos que parecen datar del Cretácico tardío (Claramunt y Cracraft 2015).

Eolulavis hoyasi. Se ha marcado el álula. Modificado de Historia
Natural n°4 (2004)
Hay acuerdo en aceptar que Paleognathae, Galloanserae y Neoaves son los tres clados más basales de la clase Aves; entre los tres se reparten todas las aves modernas actuales,  conocidas también como neornitas (Vargas y Zardoya 2012).

Paleognathae (paleognatas) agrupa a las aves de "paladar antiguo",  formado por piezas óseas rígidas y grandes, con los huesos vómer y pterigoideos en contacto. Las aves de este grupo no vuelan y su esternón carece de quilla, a excepción de los tinamúes que sí presentan un esternón carenado y conservan la capacidad de vuelo aunque son discretos voladores. Las paleognatas son aves corredoras incluidas en el orden Struthioniformes a ellas pertenecen avestruces, casuarios, emúes, ñandúes, kiwis y tinamúes, todos ellos conocidos también por rátidas (ratites en inglés).

Ñandúes y tinamúes se distribuyen por la región Neotropical, los kiwis viven exclusivamente en Nueva Zelanda, casuarios y emúes habitan en la región Australiana y las avestruces en la región Afrotropical.

Galloanserae y Neoaves forman el grupo Neognathae (neognatas), aves de "paladar moderno" constituido por piezas pequeñas y "sueltas", en estas aves el vómer y los pterigoideos no están en contacto. Galloanserae agrupa dos órdenes: Galliformes y Anseriformes, y Neoaves engloba a todos los demás.

En base a estudios genéticos no exentos de polémica, algunos autores dividen a  Neoaves en dos clados: Coronaves y Metaves, aunque la monofilia de ambos grupos --el que todas las especies de cada uno de ellos compartan un mismo antepasado reciente-- no queda del todo clara (Vargas y Zardoya 2012).
Calamón (Porphyrio porphyrio)
Coronaves comprendería cuatro linajes:

1. Accipitridas diurnas, pájaros carpinteros, búhos y buitres del Nuevo Mundo, trogones y otros.
2. Loros, paseriformes, halcones y chuñas o seriemas.
3.  Pelícanos, cormoranes, garzas, cigúeñas, grullas, colimbos, albatros, sisones, cucos, pingüinos y rascones.
4. Alcas, araos gaviotas, torillos y frailecillos.

Metaves reuniría dos linajes:

1. Chotacabras, guácharos, colibríes, golondrinas, egotelos, potoos y podargos.
2. Un grupo de aves de difícil posición taxonómica: gangas, palomas, flamencos, somormujos, hoatzines, rabijuncos, etc. (Vargas y Zardoya 2012).

Los resultados de algunos trabajos parecen confirmar la rápida radiación adaptativa de Neoaves (Hackett et al 2008), sin embargo, descifrar las relaciones de parentesco entre los órdenes integrantes de este clado, que por otra parte reune el mayor número de géneros y especies, resulta hasta la fecha bastante complejo.


PASSERIFORMES

El orden Passeriformes es el mayor y más diverso de todos los que integran la clase Aves, comprende especies de tan solo unos pocos gramos de peso hasta de más de un kilo. Este órden se distribuye por todos los continentes excepto la Antártida y cuenta con casi 5300 especies de las 10000 conocidas, es decir, aproximadamente el 60% de las aves son passeriformes distribuidos en tres subórdenes: Oscines (o Passeres), Suboscines (Tyranni) y Acanthisitta. A Oscines y Suboscines se les denomina también  Eupasseres (Edwards y Harshman 2013).
Mirlo (Turdus merula)

Los Suboscines (a los que se les llama también aves clamadoras) cuentan con unas 1000 especies distribuidas por América del Norte, Central y Sudamérica; solo tres familias, Eurylaimidae, Philepittidae y Pittidae, están representadas en África y Asia (Bruce, Erritzoe y Hawkins 2019). En cuanto a su origen, se cree que aparecieron en el oeste del supercontinente Gondwana (Manegold et al. 2004). Una característica de este grupo de aves es que su canto es innato, lo heredan de los padres sin necesidad de aprendizaje.
Escribano triguero (Miliaria calandra)

Los Oscines (aves cantoras) cuyo origen se sitúa en la placa continental australiana, representan el 80% de los Passeriformes con unas 4000 especies, tienen una distribución cosmopolita y junto con los Suboscines forman el grupo de aves canoras por excelencia. Los Oscines poseen una siringe (organo fonador) más compleja que la de los Suboscines y el canto lo adquieren por aprendizaje de sus padres y congéneres, lo que favorece variaciones regionales (dialectos).
Tarabilla común (Saxicola torquatus)
Se cree que la aparición de estos dos linajes, Oscines y Suboscines, ocurrió al final del cretácico, al separarse las placas tectónicas sudamericana e india (Manegold et al. 2004).

Endémico de Nueva Zelanda, actualmente se reconoce a Acanthisitta como el linaje más primitivo de los Passeriformes (Gill 2019), es decir, el primero en divergir del linaje principal (del que posteriormente surgirían oscines y suboscines) hace 80 m.a., coincidiendo con la separación de Nueva Zelanda de Gondwana en el Cretácico medio.

Acanthisitta es considerado el grupo hermano del clado formado por oscines y suboscines, y difiere de ambos en la estructura ósea del hipotarso. Acanthisitta solo tiene dos canales óseos por los que penetran dos tendones extensores de los dedos, el resto discurre por surcos oseos. En la mayoría de los Eupasseres (hay excepciones) los canales para los tendones superficiales están completamente osificados y son seis; dependiendo de las especies, algunos pueden estar fusionados (Manegold et al. 2004).


BIBLIOGRAFÍA

Bernis, F. (1997). La Clase Aves. Primera edición. Madrid: Editorial Complutense.

Bruce, M.D. (2019). Typical Broadbills (Eurylaimidae). In: del Hoyo, J., Elliott, A., Sargatal, J., Christie, D.A. & de Juana, E. (eds.). Handbook of the Birds of the World Alive. Lynx Edicions, Barcelona. (retrieved from https://www.hbw.com/node/52287 on 21 August 2019).

Claramunt, S. and Cracraft, J. A new time tree reveals Earth history’s imprint on the evolution of modern birds. Science Advances (2015). 1(11). doi: 10.1126/sciadv.1501005 Accessed 05 August 2019.

Edwards, S.V. and Harshman, J. (2013). Passeriformes. Perching Birds, Passerine Birds. [online] available from <http://tolweb.org/Passeriformes/15868/2013.02.06>[07 August 2019]

Ericson, P.G.P., Anderson, C. l., Britton, T., Elzanowski, A., Johansson, U. S., Källersjö, M., Ohlson, J. I., Parsons, T. J., Zuccon, D. and Mayr, G. Diversification of Neoaves:integration of molecular sequence data and fossils. Biol. Lett. (2006) 2, 543–547. doi:10.1098/rsbl.2006.0523. Accessed 04 August 2019.

Erritzoe, J. (2019). Pittas (Pittidae). In: del Hoyo, J., Elliott, A., Sargatal, J., Christie, D.A. & de Juana, E. (eds.). Handbook of the Birds of the World Alive. Lynx Edicions, Barcelona. (retrieved from https://www.hbw.com/node/52298 on 21 August 2019).

Gill, B. (2019). New Zealand Wrens (Acanthisittidae). In: del Hoyo, J., Elliott, A., Sargatal, J., Christie, D.A. & de Juana, E. (eds.). Handbook of the Birds of the World Alive. Lynx Edicions, Barcelona. (retrieved from https://www.hbw.com/node/52301 on 8 August 2019).

Hackett, S. J. et al. (2008). A Phylogenomic Study of Birds Reveals Their Evolutionary History. Science 320. 1763-1767

Hawkins, F. (2019). Asities (Philepittidae). In: del Hoyo, J., Elliott, A., Sargatal, J., Christie, D.A. & de Juana, E. (eds.). Handbook of the Birds of the World Alive. Lynx Edicions, Barcelona. (retrieved from https://www.hbw.com/node/52288 on 21 August 2019).

Hickman, C. P., Roberts, L. S., Larson, A. et al. (2002). Principios integrales de zoología. Madrid: McGraw-Hill/Interamericana de España, S. A. U.

Manegold, A., Mayr, G. and Mourer-Chauviré, C. (2004). Miocene Songbirds and the Composition of the European Passeriform Avifauna. The Auk [online] 121(4), 1155-1160. available from <www.jstor.org> [06 August 2019].

Sanz, J. L., Ortega, F. (2004). Las aves de Las Hoyas. Historia Natural 4. 14-21.

Vargas, P., Zardoya, R. (eds). (2012). El Árbol de la Vida: sistemática y evolución de los seres vivos. Madrid.