viernes, 16 de mayo de 2014

VISITA A MONFRAGÜE (27.04.2014)



A las 8:00 de la mañana salimos de Madrid hacia el Parque Nacional de Monfragüe en una excursión organizada por el grupo SEO-Vanellus. Después de una hora de viaje hacemos una parada técnica que, además de para estirar las piernas y tomar un café, nos brinda la ocasión de observar una pareja de golondrina dáurica (Cecropis daurica) que construye el nido en la pared posterior del restaurante. Relativamente confiadas, sin embargo nuestra curiosidad supera la distancia mínima que nos conceden e interrumpen por un momento la recogida de barro en un charco formado por las últimas lluvias, con el que van dando forma a su característico nido. Tras la breve parada continuamos hacia Monfragüe.


Golondrina dáurica (Cecropis daurica)


















Vista de la sierra de Gredos




















Poco antes de cruzar sobre el río Tietar tomamos la salida hacia la carretera EX-389 que discurriendo entre fresnos, encinas y alcornoques, se aleja al principio del cauce del río rumbo al suroeste, reencontrándose con él  en la Portilla del Tiétar. Es aquí donde echamos pie a tierra, la entrada al Parque Nacional de Monfragüe por el norte, nuestro primer punto de observación.

Monfragüe fue declarado Parque Natural el 4 de abril de 1979, siendo el primer espacio natural extremeño protegido. En marzo de 2007 se eleva su figura de protección a la de Parque Nacional. En Julio de 2003 se declaran las 116.160 ha que componen el parque y su zona de influencia como Reserva de la Biosfera. Además, Monfragüe es una ZEPA (zona de especial protección para las aves) denominada “Monfragüe y Dehesas del entorno”, ocupando las ya referidas 116.000 hectáreas de terreno.

Portilla del Tietar



















En  el mirador de la Portilla del Tiétar, un águila imperial ibérica (Aquila adalberti) nos sobrevuela y escuchamos el sonido parecido a un “ladrido” que su compañera emite desde la orilla opuesta del río. Proviene de una espesa ladera de encinas donde la pareja parece haberse instalado para criar. En el afloramiento cuarcítico que se levanta frente al mirador hay nidos de buitre leonado (Gyps fulvus) y un nido de búho real (Bubo bubo) con pollos ya crecidos; milanos negros (Milvus migrans), buitres leonados y un águila calzada (Aquila pennata) se remontan sobre nosotros. Seguimos la carretera a pie, por la margen izquierda del Tiétar, un halcón peregrino (Falco peregrinus) cruza el cielo como una ráfaga, su velocidad y potencia nos sorprende y pronto se pierde de vista. Llegamos a un punto donde las capas de sedimento, plegadas por la acción de las fuerzas tectónicas, adquieren curiosas formas. Más adelante, un alimoche (Neophron pernocterus) incuba en el nido situado en un hueco abierto en la roca, a pocos metros sobre el agua.

Río Tietar



















Estratos plegados


















Alimoche (Neophron pernocterus) incubando



















Durante el recorrido encontramos especies vegetales características del clima mediterraneo: jara pringosa (Cistus ladanifer), madroño (Arbutus unedo), labiérnago u olivilla (Phillyrea angustifolia), cantueso (Lavandula stoechas), aulaga (Genista hirsuta), etc. Cruzamos el arroyo de Las Cansinas y montamos en el autobús en dirección a la siguiente parada, el mirador de La Tajadilla.

Frutos de madroño (Arbutus unedo)


















Madroño (Arbutus unedo)


















Aulaga (Genista hirsuta). Detalle de la flor


















Aulaga (Genista hirsuta)



















Jara pringosa (Cistus ladanifer)



















Arroyo de las Cansinas




















La carretera salva el meandro que describe el Tiétar y llega a dos embalses, el de Torrejón-Tiétar y el de Torrejón-Tajo. Aquí el Tiétar y el Tajo se aproximan tanto el uno al otro que ambos cauces casi se tocan. Un bosquete de pinos (Pinus sp.) crece al pie de la pared rocosa que se divisa desde La Tajadilla. Algunas parejas de buitre leonado (Gyps fulvus) y una  de cuervos (Corvus corax) han elegido este roquedo para anidar. Un ciervo (Cervus elaphus) con incipiente cuerna, lejos aún de la que exhibirá en otoño durante la berrea, avanza entre los pinos hasta perderse de vista tras las encinas de una ladera que flanquea el cortado. En el área de descanso del mirador, un confiado zorro se acerca a la gente en busca de comida.

La Tajadilla


















Buitres leonados (Gyps fulvus)

















Zorro común (Vulpes vulpes)


















Cartel descriptivo





















De La Tajadilla nos vamos al poblado de Villarreal de San Carlos donde comemos. Es este el único núcleo de población situado dentro de los límites del parque, pertenece administrativamente a la localidad de Serradilla y cuenta con algunos establecimientos de turismo rural.


Villarreal de San Carlos



















Después de comer nos dirigimos a la Fuente del Francés, desde donde subimos por la umbría hasta el Castillo de Monfragüe. Para llegar hasta allí, cruzamos el Tajo por el Puente Nuevo, poco antes de llegar a él hay otro puente, el del Cardenal, construido en 1450, que a veces está cubierto por las aguas, como en esta ocasión. Cuando el nivel del río es más bajo puede cruzarse por él a pie, pues es parte de un itinerario por el parque.

El Puente Nuevo




















Antes de comenzar la subida paramos un rato junto al Puente Nuevo, allí observamos la numerosa colonia de avión común (Delichon urbica), tratando de atisbar algún vencejo real (Apus melba) entre tanta confusión de aves. Algún compañero de expedición logró ver uno.


Colonia de avión común (Delichon urbica) bajo el puente



















Los primeros metros comienzan con un tramo de escaleras de piedra junto a la Fuente del Francés. La subida, de unos dos kilómetros, nos lleva hasta el Castillo de Monfragüe.

Inicio de la subida al castillo




















La umbría es la parte de la sierra más orientada al norte, por ello su vegetación es característica. Humedad y temperatura se alían para favorecer a determinadas especies vegetales: lianas como la madreselva (Lonicera implexa), brezos de porte casi arbóreo (Erica sp.), quercíneas como el alcornoque (Quercus suber), que necesita un ambiente más húmedo que la encina, la cual se encuentra, en cambio, muy bien representada en la solana, y el quejigo (Quercus faginea), otra especie del género que encontramos con frecuencia en la umbría. Arbustos como el labiérnago (Phillyrea angustifolia), de la misma familia que el olivo (Oleaceas) y el durillo (Viburnum tinus), de la familia Adoxáceas a la que también pertenece el sauco (Sambucus nigra), y frondosas como el arce de Montpellier (Acer monspessulanum), son otras entre las muchas especies que podemos encontrar. La mayor humedad y menor termicidad de la umbría propicia la aparición de líquenes y musgos que cubren troncos y ramas.



Lianas


















Alcornoque (Quercus suber)



















Alcornoque descorchado

























Avanzamos ante la abrazadora presencia de los árboles que con su  tortuoso ramaje parece envolvernos a cada paso. Atravesamos algunos tramos menos espesos, encontrando en ellos algún ejemplar de almez (Celtis australis), acebuche, variedad silvestre del olivo (Olea europaea) y algunas herbáceas como el gamón (Asphodelus sp.), muy abundante y en plena floración, muchos ya con frutos.

A través de la umbría





































Durante la subida al castillo nos acompañan impresionantes vistas. En la siguiente imagen, el Cerro Gimio.

Cerro Gimio




































Gamón (Asphodelus sp.)


















Gamón. Flores y frutos


















Brezo (Erica sp.)




















Llegamos, al fin, al Castillo donde se tiene una amplia panorámica de la solana. Disfrutamos contemplando los buitres a la altura de los ojos, volando incluso por debajo de donde nos hayamos. Extraña esta perspectiva acostumbrados a levantar la mirada para admirar sus planeos. Algún alimoche (Neophron percnocterus) entre ellos pero volando más alto.  Una pared al pie del castillo acoge cierto número de nidos de buitres. Es incesante el ir y venir de estas carroñeras aparentemente indiferentes a los visitantes. Un buitre negro (Aegypius monachus) se desliza inesperadamente entre tanto leonado y hace una pasada sobre nosotros.


Ermita de Monfragüe



















Panorámica de la solana desde el castillo


















Algunas vistas más desde el castillo de Monfragüe

Cerro Gimio flanqueado por los arroyos de Malvecino y de Barbaón


















Río Tajo

















Impresionante afloramiento rocoso


















Buitre negro (Aegypius monachus) sobre el Castillo de Monfragüe



















Buitre leonado (Gyps fulvus)





















































Descendemos por la solana, ahora a toda prisa, pues queremos llegar cuanto antes al Salto del Gitano. Atravesamos un paraje repleto de encinas (Quercus ilex), donde se intercalan acebuches (Olea europea), almeces (Celtic australis) y todos los arbustos asociados al bosque mediterráneo: cantueso (Lavandula stoechas), aulaga (Genista hirsuta), torvisco (Daphne gnidium), jara pringosa (Cistus ladanifer) etc.


Cantueso (Lavandula stoechas)


















Torvisco (Daphne gnidium)


















Acebuche


Rama de acebuche (Olea europaea)


















Jara pringosa


















Aspecto de la solana con representación de la vegetación arbórea y arbustiva característica




















En El Salto del Gitano, buitres y milanos continúan siendo objeto de fotógrafos y observadores. Como casi siempre en este lugar, podemos observar algún ejemplar de roquero solitario (Monticola solitarius), además de algún otro paseriforme interesante como el escribano montesino (Emberiza cia). Muy lejos, en la copa de uno de los dos últimos pinos de una ladera, descubrimos el nido de un buitre negro (Aeqypius monachus).


Mirador del Salto del Gitano con Peña Falcón al fondo


















Roquero solitario (Monticola solitarius)


































El río Tajo desde el mirador del Salto del Gitano


















Atardecer en el Salto del Gitano



















Precisamente aquí, en El Salto del Gitano, los días 2 y 4 de mayo se vieron dos ejemplares de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). El del día 2, un juvenil de nombre Nerpio, portando un emisor en la espalda y liberado en 2013 en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas (Jaen); el ejemplar del día 4 se trataba también de un juvenil de origen desconocido. El primer individuo, Nerpio, fue visto de nuevo el 12 de mayo en Gredos (Ávila). Más detalles en: http://aves-extremadura.blogspot.com.es/2014/05/quebrantahuesos-en-monfrague.html



Finalizamos así  esta excursión en el que el tiempo y la buena compañía contribuyeron a pasar un buen día de pajareo. Gracias otra vez a los amigos de SEO/Vanellus.