A finales de septiembre, compañeros de Avesforum (Paula, Juan Carlos y José María) nos cuentan de la presencia de las primeras grullas (Grus grus) en la laguna de Gallocanta (Zaragoza) y en la de Pitillas (Navarra), fechas más tarde, el 12 de octubre, otro compañero de Avesforum, Rodolfo Velasco, las ve en la laguna de Peña Hueca (Toledo), y es que éste es un pájaro sabio que barrunta los cambios de tiempo. Estas primeras grullas son la avanzadilla del grueso de la población invernante cuyo paso por la península se prolongará hasta el mes de noviembre. Los bandos de grullas con su característico trompeteo o gruir anuncian la llegada del invierno como lo expresa el refrán: "Grullas en el cielo, carbón en el brasero"; buscando en el refranero popular encontramos otros refranes relacionados con las grullas, como este: "Para el Pilar llegan, y para San José no quedan", relativo a las fechas en las que llegan a la Península y la abandonan. O este otro: "Tiempo grullero, tiempo marrullero", que se refiere al tiempo inestable, desapacible y engañoso que acompaña al otoño. Otro refrán castellano que relaciona el paso de las grullas con el cambio estacional es este: "Grullas volando, calladas o cantando, señal de que el tiempo está cambiando". La migración es un fenómeno natural relacionado con la climatología; con el cambio de las estaciones muchos animales, no solo las aves, migran. Las grullas europeas utilizan dos rutas migratorias, una occidental y otra oriental. La mayoría de las grullas penetran en Iberia por la parte occidental de los Pirineos y cruzan la Península siguiendo una diagonal hacia el suroeste que las lleva en gran número hasta Extremadura, principal enclave de invernada en España, otras zonas muy importantes por el contingente de grullas que acogen son Castilla-La Mancha, Aragón y Andalucía, que suman un número de aves equiparable al de las provincias extremeñas. Un lugar estratégico para muchas de las grullas que cruzan Iberia es la laguna de Gallocanta, entre las provincias de Zaragoza y Teruel, que constituye una importante zona de parada y el mayor dormidero de la Península (Boletín nº 21 SEO. La grulla común invernante en España. Población en 2007 y método de censo). La llegada de las grullas a nuestros campos se relaciona con ciertas labores agrícolas como el arar, así reza el siguiente refrán: "Cuando las grullas veas pasar, coge el capazo y vete a arar". Las grullas permanecen en Iberia hasta el mes de febrero, momento en el que inician el retorno a sus zonas de reproducción ocupando mayoritariamente una extensa franja septentrional de Eurasia (desde Escandinavia al este de Siberia). Esta es la señal de que la primavera está cerca: "Grullas abajo pastor con trabajo, grullas arriba, pastor con buena vida". Para el pastor, la climatología que anuncia el regreso al norte de las grullas puede ser propicia, no tanto, en cambio, para el labrador: "Cuando la grulla vuela para abajo, estate con el amo aunque sea con trabajo; y cuando la grulla vuela para arriba, no estés con el amo aunque te lo pida". Del afán viajero y del deseo de retorno al lugar natal nos habla esta otra paremia: "A tu tierra grulla aunque sea con una sola pata", que tiene diferentes versiones, todas muy parecidas, que evocan el deseo que todo emigrante tiene por regresar a su patria, a su lugar de origen. Aprovechemos este invierno, pues, para visitar alguno de los sitios grulleros de nuestra geografía y mirar al cielo en busca de las formaciones en uve que forman estas sorprendentes y elegantes aves: "En el modo de volar se conoce la que es grulla", donde todas siguen a la que ejerce de guía y va en el vértice, y a la que van relevando para que puede descansar al rebufo de las otras, pues no olvidemos que "Grulla trasera pasa a la delantera". Es todo.
Grullas en la laguna de Peña Hueca (Toledo). Foto cedida por Rodolfo Velasco |
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