martes, 25 de marzo de 2014

EL MIRLO "CARIBLANCO"



Animado por una mañana espléndida, realmente primaveral, doy una vuelta por el Parque de Tierno Galván. Los cantos de los pájaros y la tibieza de los primeros rayos del sol apuntan a que la primavera viene con ganas de establecer sus reales y echar al incómodo invierno. Camino ensimismado en estos pensamientos, cuando al pie de un seto aparece de improviso un mirlo (Turdus merula), parece haberlo atravesado con su correr tendido y pegado al suelo, de modo que irrumpe en mi camino tan cerca que ensegu uida reparo en la mancha blanca que resalta en cada una de sus mejillas. El mirlo es un ave en la que esta aberración cromática conocida como leucismo se presenta, en mi opinión, con relativa frecuencia, no siendo difícil toparse alguna vez con algún individuo con falta de pigmentación en alguna parte de su cuerpo. Conocido es el dicho “eres más raro que un mirlo blanco”, aunque como digo, aun siendo un fenómeno escaso pueden verse de vez en cuando mirlos con esta característica. 


Mirlo común (Turdus merula) afectado de leucismo









  
El leucismo es una aberración cromática consecuencia de una anomalía en la transmisión y deposición de la melanina, el pigmento al que se debe el color oscuro de las plumas. Las células productoras de melanina se denominan melanocitos y dentro de estas el pigmento se sintetiza en unos orgánulos con membrana llamados melanosomas.

El mismo individuo de frente. Se aprecia también una pequeña mancha en el pecho






































Se tiende a confundir leucismo con albinismo. El albinismo consiste en la incapacidad del organismo de producir melanina. La ruta metabólica que sintetiza la melanina parte del aminoácido tirosina y el proceso es catalizado (incrementa la velocidad de las reacciones) por la enzima tirosinasa, la ausencia de esta enzima bloquea la síntesis de melanina, es decir, no se produce el pigmento. Algo muy característico de los individuos albinos es la coloración rojiza o rosada que suelen presentar los ojos y la piel, debida a la circulación sanguínea que se hace notoria al faltar el pigmento en los tejidos.Los individuos afectados de leucismo sí producen melanina, lo que falla es el transporte de la misma a ciertas partes del cuerpo.


Mirlo con pigmentación normal


martes, 4 de marzo de 2014

EXCURSIÓN A LAS LAGUNAS DE LA MANCHA

El grupo local SEO-Vanellus concluyó el domingo 2 de marzo el ciclo de actividades dedicadas a divulgar el interés e importancia de las zonas húmedas con una visita a tres de los muchos enclaves de la Mancha Húmeda: la laguna de Navaseca (Daimiel), el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, la laguna de la Veguilla, emplazada en el complejo lagunar de Alcazar de San Juan, y la laguna Grande de Villafranca de los Caballeros, las tres primeras en la provincia de Ciudad Real y esta última en Toledo.
Iniciamos el recorrido en la laguna de Navaseca, un viento fuerte dificulta la observación pero aun así podemos disfrutar de especies tan interesantes y escasas como la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), algunos de cuyos machos muestran el bonito color azul celeste del pico que exhiben durante el periodo reproductor. En un terreno encharcado junto a la laguna, un numeroso grupo de flamencos comunes (Phoenicopterus roseus) ocupa el centro de la lámina de agua, entre ellos anátidas como el pato cuchara (Anas clypeata), porrón europeo (Aytya ferina)  y ánade azulón (Anas platyrhynchos), todos en buen número. Con una representación más reducida, tarro blanco (Tadorna tadorna), pato colorado (Netta Rufina) y ánade friso (Anas strepera). Muchas fochas, un buen grupo comiendo en las orillas del charcón, zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) en plumaje  estival, una solitaria cigüeñuela (Himantopus himantopus) picoteando en las someras aguas y la siempre bien representada gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), con buenos contingentes de aves durante el invierno en muchos de nuestros ríos y humedales.
En la orilla opuesta de la laguna, sobre unos carrizos, se ven dos calamones comunes (Porphyryo porphyryo) y entre los carrizos oímos el desgarrado reclamo de un rascón (Rallus aquaticus). De vez en cuando sobrevuela la laguna alguna agachadiza común (Gallinago gallinago), y en el agua más fochas,  zampullines cuellinegrosporrones europeos y malvasías.


En cuanto a los paseriformes, se ven muchas golondrinas, un bando de jilgueros (Carduelis carduelis) que parece dejarse llevar a merced del viento, pardillos (Carduelis cannabina) y tarabillas comunes (Saxicola torquatus). Íbamos con la esperanza  de localizar algún ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica), túrdido que suele verse por aquí, pero por más que miramos en los carrizos y alrededores de la laguna no hubo suerte en esta ocasión.


Laguna de Navaseca


















Otra vista de la laguna



















Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala)


















Flamencos comunes (Phoenicopterus roseus)


















Cigüeñuela común (Himantopus himantopus)


















Detalle de la laguna con dos zampullines cuellinegros


















La siguiente etapa es el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Este enclave ocupa parte de los términos de Daimiel y Villarubia de los Ojos. Situado en la confluencia de los ríos Guadiana y Cigüela, se da el hecho curioso de que el Cigüela es una corriente estacional de aguas salinas que mezcla sus aguas con las del Guadiana, del que es tributario por su margen derecha. Las Tablas tienen su origen en la laguna de inundación de ambos ríos, favorecida por la proximidad del nivel freático a la superficie. Pese a su alto grado de protección vimos aquí menos especies que en el resto de lugares visitados, consecuencia, quizá, de la degradación que ha sufrido el parque en los últimos años. Antes de tomar la pasarela que conduce a la Isla del Pan hacemos una parada en los observatorios de la laguna de aclimatación, una laguna que permanece cerrada y cubierta por una malla para mantener a cierto número de aves en su interior, con el objetivo de conseguir su reproducción en cautividad a salvo de cualquier peligro exterior y de proceder a su suelta una vez aclimatadas. Fue aquí donde se reprodujo por primera vez en cautividad la malvasía cariblanca, en el marco del plan de cría en cautividad dirigido por el Icona (antiguo Instituto para la Conservación de la Naturaleza) en 1982. En esta laguna se puede observar y fotografiar con todo detalle una muestra de anátidas muy representativa  de los humedales manchegos, algunas de ellas francamente raras o escasas: silbón europeo (Anas penelope), cerceta carretona (Anas querquedula),  malvasiá cabeciblanca (Oxyura leucocephala), porrón pardo (Aythya niroca), cerceta común (Anas crecca), ánade rabudo (Anas acuta), porrón moñudo (Aythya fuligula), tarro blanco (Tadorna tadorna) y pato colorado (Netta rufina). 


Centro de interpretación del parque



















Cerceta carretona y hembra de cuchara en la laguna de aclimatación


















Macho de pato colorado (Netta rufina)


















Macho de malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala)


















Tarro blanco (Tadorna tadorna)



















Dos machos de cerceta común (Anas crecca)



















Macho de silbón europeo (Anas penelope)


















Tras pasar un rato en la laguna de aclimatación continuamos por una pasarela de madera que hace un recorrido por encima de la lámina de agua hasta llegar a la Isla del Pan, donde se levanta un gran observatorio. Poco antes de llegar al observatorio percibimos a lo lejos un gran grupo de grullas (Grus grus) comiendo en una tierra junto a un encinar. Al poco rato de estar disfrutando de su observación parte del grupo levanta el vuelo y comienza a remontarse con  los Montes de Toledo como telón de fondo. Pasa un tiempo y el revuelo, cada vez mayor, se acompaña de la gran algarabía de sus voces, que seguiremos oyendo durante un rato mientras  atravesamos el Bosque de Tarayes, constituido por Tamarix spp., formación arbustiva muy característica de este ecosistema fluvial. Después de comer, algunos compañeros pudieron ver y fotografiar  ejemplares de bigotudo (Panurus biarmicus), passerifome muy escaso, único representante de la familia Timalidae en Europa, de la que la mayoría de sus componentes se distribuyen por el continente asiático. 

Vista de Las Tablas de Daimiel


















Las Tablas, al fondo los Montes de Toledo


















Otra vista de las Tablas. Al fondo, característico relieve de la región


















Típica embarcación de fondo plano usada por los pescadores




































Por la tarde nos acercamos a la laguna de La Veguilla; se empieza a complicar el tiempo con algún amago de lluvia pero no pasa de ahí, permitiéndonos hacer observaciones muy interesantes en este paraje. Vemos mucho cuchara (Anas clypeata), ánade friso (Anas strepera), focha común (Fulica atra), zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis), zampullín común (Tachybaptus ruficollis), pato colorado (Netta rufina), varios individuos (machos y hembras) de aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus), flamencos (Phoenicopterus roseus), un calamón común (Porphyryo porphyryo), una aguja colinegra (Limosa limosa) y andarríos grande (Tringa ochropus) entre otros. Antes de abandonar la laguna nos sorprende la observación de una espátula  que se aproxima a la laguna desde la cercana estación depuradora y a la que no logramos ver tomar tierra por más que lo esperamos. Al rato aparece de nuevo (probablemente otro individuo) volando también desde la depuradora.


Flamencos en la laguna de La Veguilla


















Flamencos y cucharas


















Flamenco estirando las alas


















Una vista de la laguna


















La lámina de agua desde otro punto


















Declinando la tarde, nos apresuramos a llegar con luz a la última de nuestras escalas, la Laguna Grande de Villafranca de los Caballeros. Allí nos encontramos con mucha focha (Fulica atra) y un gran número de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) y mezcladas entre ellas alguna gaviota sombría (Larus fuscus). Una última sorpresa, dos adultos de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus) confundidos entre la barahúnda de reidoras nos hacen pasar un buen rato tratando de enfocarlos y no perderlos.

Laguna Grande de Villafranca de los Caballeros


















Grupo de fochas y al fondo gaviotas reidoras


















Adulto de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus) entre gaviotas reidoras


















Desde aquí ponemos rumbo a Madrid finalizando este intenso e interesante recorrido por humedales manchegos. Una vez más, gracias a los integrantes del grupo SEO-Vanellus por sus ganas de transmitir conocimientos y contagiar su afición a las aves.