sábado, 25 de junio de 2011

VALLE DEL RÍO MOROS


Comienza la ruta en las Dehesas de Cercedilla, junto a la residencia Lucas Olazabal. Aquí se toma un sendero que recibe el nombre de camino viejo de Segovia, y sin abandonarlo se llega al Collado de Marichiva, collado que se encuentra en el cordal que separa la provincia de Madrid de la de Segovia.












Camino viejo de Segovia.

Según se sube en dirección al Collado de Marichiva se van dejando atrás vistas como la de la siguiente imagen, en la que se ven los dos últimos picos del sistema conocido como Siete Picos.












Cimas de Siete Picos desde el camino viejo de Segovia.










Peña Águila desde el valle del río Moros.

Desde el Collado de Marichiva se sigue una pista que llega hasta el fondo del valle del río Moros, conocido también como la Garganta del Espinar. Según descendemos se alcanza a ver Peña Águila que dejamos a la izquierda.














Pista hasta el fondo del valle del río Moros.










Pista por el fondo del valle.

La pista alcanza prácticamente el fondo del valle, donde se encuentra con otra más ancha que discurre por el fondo del valle. Su recorrido ofrece vistas del valle y de las cimas que lo rodean.












Valle del río Moros.










Vista del valle. Al fondo Peña el Oso.

La pista deja al lado el pequeño embalse del Tejo, alimentado por el río Moros, que previamente se remansa en otro embalse, el del Espinar, conocido también como Vado de las Cabras.













Embalse del Tejo.











Camino hacia el río Moros.












Peña el Oso.











Embalse del Espinar.











Embalse del Espinar.












Embalse del Espinar.

Finalmente se llega al puente sobre el río Moros.




Puente sobre el río Moros.

Puente sobre el río Moros.

El río Moros nace en las faldas del Montón de Trigo y Cerró Minguete,  discurre vigoroso a los pies de la Sierra de la Mujer Muerta y desemboca en el río Eresma. En la actualidad cobija a una población de nutria (Lutra lutra), mustélido con mayor presencia en el tramo medio pero también presente en la cabecera (Morales, J. et al. Galemys, vol. 22, nº 1: 63-89, 2010). También está presente en todo su curso el visón americano (Neovison vison). La presencia de la nutria en este río sería una prueba del buen estado ecológico en el que se encuentra, pues esta especie es un excelente indicador biológico.


Río Moros.





Ombligo de Venus.
                                                                                                 
Brezo.

Brezo.


domingo, 12 de junio de 2011

POR LA CARA SUR DE LA MALICIOSA

Los Asientos, al fondo el embalse de La Maliciosa

El día 11 de junio partimos desde el aparcamiento del Valle de la Barranca hacia la cima de la Maliciosa. Comenzamos cruzando el pequeño embalse de Navacerrada para salvar el río del mismo nombre y proseguimos por una senda marcada por hitos que, en principio, discurre todavía entre alguna vegetación, dejando pronto a la izquierda un denso pinar. En este tramo se dejan ver algunos zarceros comunes que emiten reclamos de alarma por nuestra cercana presencia, con la inquietud de sentir amenazada su puesta o pollada. El camino enseguida comienza a subir en dirección al Peñotillo, afloramiento rocoso que precede a la Maliciosa y que la oculta a nuestra vista. Según subimos vamos dejando atrás la vegetación arbórea y enseguida apenas encontramos vetigios de ésta en algún solitario árbol. En los herbazales que vamos atravesando salpicados de grandes rocas de granito, se ven y escuchan Escribanos montesinos atareados en alimentar a sus pollos, muchos con cebo en el pico. También se  observan Acentores comunes, Tarabilla común y algún Arrendajo.

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A la derecha, El Peñotillo. Embalse de Navacerrada al fondo.

 
Llegamos a la base del Peñotillo y lo bordeamos hasta dejarlo a nuestra izquierda. Ahora sí se nos presenta a la vista La Maliciosa, hasta ahora oculta tras el Peñotillo. Seguimos los hitos que nos indican el camino y acometemos la empinada subida hasta la Maliciosa por un terreno pedregoso y suelto. En estas laderas escuchamos el canto de algún Chochín (Troglodytes troglodytes), con cierta sorpresa pues no lo esperábamos. Acometemos los últimos metros y alcanzamos al fin la cima de la Maliciosa. En el cielo, la silueta de una Aguililla calzada. Un pequeño descanso en la cumbre y tres Buitres negros y uno leonado distraen por un momento nuestra atención.  

Elegimos el camino de vuelta por el valle que se abre desde el Collado del Piornal, a mitad de camino entre La Maliciosa y la Bola del Mundo. Descendemos todo el camino acompañados por los cantarines saltos del Regajo del Pez, arroyo que desciende hasta La Barranca. Entre la maleza que crece al frescor del arroyo escuchamos y vemos currucas capirotadas y acentores. Más abajo, en los alrededores de la Fuente de la Campanilla, ya con denso arbolado, seguimos escuchándolas, y vemos también Chochín, Lavandera de cascada y Petirrojo con cuya presencia concluye nuestra ruta.










Descenso hacia el Valle de la Barranca













El Cancho Negro al fondo